La rienda en la mano del jinete juega un importante
papel a la hora de montar. Sin embargo, muchos jinetes le dan demasiada
importancia a las riendas y por dicha cause abecés ignoran el resto de las
ayudas necesarias para montar bien a caballo. Cuando montamos a base de las
riendas solamente, corremos el riesgo de perder la noción de donde están nuestras
piernas y que hacen con cada movimiento que hace el caballo. Algunos jinetes
montan ladeados a un lado intentando mirar las patas del caballo continuamente.
Sabemos que el caballo va en movimiento, y que sus extremidades se mueven de
cierta manera, flexionando las coyunturas de los codos, rodillas, y menudillos.
Entonces, si sabemos de ante mano que el caballo se mueve de esta manera, ¿Por
qué entonces necesitamos irlo mirando? Al hacer esto, perdemos de vista la posición
en la cual nuestro cuerpo esta sobre el centro de gravedad del caballo,
ocasionando abecés un desplazamiento de grupa o posteriores, la igual nos
obliga como reacción a utilizar pierna y espuela contrarias con exceso, y esto
solo si tenemos el discernimiento necesario para entender que el pie o espuela
contrarias detienen la grupa. Si dependemos demasiado sobre la rienda entonces
no captaremos esto e intentamos corregir al caballo a base de tirones en la
rienda, lo cual ocasiona incomodidad para el caballo y abecés una violenta reacción
de parte del caballo.
La rienda nos ayuda, a indicarle al caballo
muchas cosas. La rienda es importante, porque solo por el uso de la rienda
podemos entrar en contacto al hocico del caballo y así nos comunicamos con acierto extremo. Con el uso de
medias paradas y el juego de la rienda, podemos reunir o extender los
movimientos del caballo, mandar o dirigir el sentido de la marcha, para y
flexionar según lo pida el jinete. Por su puesto que la rienda es importante,
sin su huso nos limitamos a que extremo tenemos control sobre el caballo y nos
limitamos hasta que extremo podemos llevar la doma del caballo, claro
suponiendo que tenemos la habilidad de hacerlo.
El peso del cuerpo del jinete debe ser
utilizado también en conjunto con las riendas para ayudar al caballo a mejor
entender lo que se requiere de él. Las ayudas de las piernas reenforsan el uso
del cuerpo y riendas. Algunos movimientos, se ejecutan mejor comenzando por
pedir con el cuerpo primero seguido por las ayudas de las piernas y finalmente
sobre el uso de la rienda o riendas. Por supuesto que todo esto se hace de una
manera casi simultánea con tan solo algunas milésimas de segundo entre medio.
Para montar bien es importante un asiento independiente, firme y flexible para
no depender de la rienda si algún movimiento en brusco llegase a suceder. El
jinete experto entiende esto e intenta proteger el hocico de su caballo por
medio de no utilizar un exceso de las ayudas de las riendas.
El llevar la rienda demasiado floja es tan erróneo
que llevarlas demasiado tensas por la sencilla razón que al ir demasiado tensas
las riendas, según el tipo de embocadura que utilizamos, corremos el riesgo de
poner al caballo por encima de la embocadura o muy por detrás de la vertical.
Perdiendo el control sobre del caballo cuando más lo necesitamos o irritando al
caballo, causándole molestias y por consecuente resabios que con el tiempo podrían
ser difíciles o imposibles de corregir. El llevar las riendas demasiado flojas
a su vez, no nos permite entrar al hocico y por consecuente no tenemos
contacto, lo cual no nos permite igual, tener control o regularlo. Si el caballo
llega a darse cuenta de esto pudiese desarrollar también resabios, o en casos
en los cuales el jinete necesite entrar al hocico por contacto le golpearía en
el hocico al caballo ocasionando incomodidad y por consecuente también resabios.
Podríamos pensar de las riendas del caballo
como el volante de un carro, o de una bicicleta. Si dependemos solo del volante,
ignorando el acelerador o los pedales podríamos ocasionar un fatal accidente
para nosotros mismos o para otros. Al igual, el ir mirándole las llantas al
carro sin mirar el sentido de la marcha nos podría ocasionar chocar en un árbol,
u otra cosa en nuestro camino. Debemos dar importancia a las riendas cuando
montamos, pero cuidemos de no ignorar el resto de las ayudas. Espero hallan
pasado un hermoso fin de semana en compañía de sus familias y por supuesto de
sus caballos. No olviden repasar otros artículos en esta página y mis otras páginas,
si no han ordenado su copia del libro, El Caballo De Baile visiten:
CaballoDeBaile.Com
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